
Soy David Collado, fotógrafo y fundador de Collado Photo en Madrid. Llevo años trabajando con clientes particulares y marcas, y si hay algo que todos valoran, es recibir sus fotos rápido y con calidad. En los últimos meses, he rediseñado todo mi flujo de postproducción. Hoy puedo entregar una sesión completamente editada al día siguiente. Aquí explico cómo lo hago.
La eficiencia empieza con buenos hábitos
Cuando fotografío con frecuencia, necesito que la postproducción siga un sistema claro, no una serie de pasos improvisados. En mi flujo, importo, selecciono y empiezo a editar de inmediato. La experiencia ayuda, claro, pero también la elección de herramientas.
Mi flujo de trabajo empieza desde la toma: disparo siempre en RAW y gestiono el color con herramientas de calibración de Color Checker, tanto para cámara como para monitor (uso el calibrador Display Pro). Esto me asegura una base coherente y precisa desde el principio.
Una vez descargadas las fotos en el ordenador, abro los RAW en Lightroom para hacer la corrección de color y el revelado, utilizando los perfiles creados con el Color Checker. Ajusto cada imagen de forma individual para dejarla lo más afinada posible.
Luego exporto las imágenes en JPG sRGB y paso a Photoshop, donde las trabajo una a una. Aquí es donde entra Retouch4.me: me ahorra entre 5 y 10 minutos por foto, automatizando tareas como la limpieza de piel o la corrección de tonos. Si hace falta, realizo un retoque final manual y exporto la imagen definitiva en alta resolución.
Antes todo era manual. Ahora uso un enfoque híbrido: automatizo lo técnico y ajusto lo creativo a mano. Ahorra tiempo sin perder control sobre el resultado.
Cómo Retouch4.me se integró en mi día a día
Una de las herramientas que uso es Retouch4.me. No es magia ni lo hace todo, pero sí resuelve muy bien tareas técnicas: suaviza piel, elimina imperfecciones, ajusta tonos. Lo mejor: mantiene un aspecto natural.
Lo que más valoro es el procesamiento por lotes. Si tengo 50 o 100 retratos que deben entregarse por la mañana, poder retocarlos automáticamente marca la diferencia.
Cuando hace falta más precisión
En retratos donde cada detalle importa, sigo utilizando la técnica de separación de frecuencias (frequency separation) en Photoshop. Esta técnica me permite trabajar la textura y el color por separado, logrando correcciones precisas sin perder naturalidad en la piel.
Para mí, no compite con Retouch4.me: lo complementa. Primero automatizo, luego afino.
Qué ha cambiado
Antes podía pasarme una o dos noches editando. Hoy, con concentración, en media jornada termino. Si disparo una sesión por la tarde, la entrego por la mañana siguiente. Y sé que el cliente quedará satisfecho, por la calidad y por la rapidez.
¿Por qué lo comparto?
Muchos fotógrafos creen que rapidez es igual a falta de cuidado, o que automatizar es perder estilo. Mi experiencia dice lo contrario: se puede ser ágil sin dejar de ser uno mismo. Solo necesitas las herramientas adecuadas — y no temer a combinar lo automático con lo manual.